EL VAGABUNDO

El vagabundo le dijo a la princesa:
-Yo nací humilde y así he de morir, la crueldad esta alojada en la verdad de nuestro destino, vos nacisteis princesa y como reina habéis de morir, en mi interior crecen y se purgan recuerdos de esas nueve noches en las que mi hicisteis dichoso, ininterrumpidas felaciones, penetraciones hasta la inconsciencia, la verdad del destino se hundió bajo un cumulo de sueños, los cuentos mas oscuros y febriles hacen de nuestra historia gloriosa desventura.
Con un manto de niebla se cubre ahora esa mirada que me susurraba lentamente mundos des cristales, habla me princesa, tengo vaga y perdida la vista de otro encuentro en el que pellizcare mi cuello, mientras vuestra lengua recorre todo mi cuerpo y no despertare, buscare nuestro agujero, escóndete conmigo en un rincón donde no corran las horas ni los días ni los meses, conviene saber que el tiempo pone a cada uno en su lugar, yo nací humilde y así he de morir.
Ahora dos años después mi esposa me espera en casa con mis hijos, lejos de la ciudad a la sombre de un gran bosque, es una buena mujer y la quiero, siempre libre, siempre fuerte, pero algo estallo en un sueño la otra noche, fortuito, la princesa mas bella bailo desnuda con el vagabundo mas apestoso de todo el pueblo, un sentimiento de rencor hacia mi mismo casi nauseabundo recorrió toda mi espalda, no aproveche el momento de quererte y ahora niegas tus recuerdos, no hay amor mas valioso que el que perdura y yo siempre te querré. Como el lobo que defiende la manada defiendo mis recuerdos, palabras e ilusiones dos años después en una hoguera, te quiero.
Por encima del silencio de la noche se alejan los pasos de un hombre perdido sin temores, sin aciertos, sin esperanza que entrego su pieza mas preciada a la princesa mas afortunada, y no afrecio ni oro ni diamantes, ni penas ni alegrías, tan solo son recuerdos y nostalgias, la sangre mas sincera que brota de un corazón.